El mate en tres episodios de la Historia de Chile (parte uno).





      
¡Hola a todos!

     Luego de un tiempo sin publicar me animé a escribir un poco. Siempre he pensado que un pueblo, una nación, un país, no es nada ,sino se  conservan  y enseñan las tradiciones y costumbres de épocas pasadas. Me encanta tomar mate; porque me rememora al pasado. Fue durante mucho ,la infusión predilecta en la Colonia (junto al chocolate caliente), nos acompañó en nuestra independencia y  nuestros próceres fueron fieles consumidores.

     Por eso quise a escribir este artículo, para que no perdamos nuestra memoria.. Porque hay gente que piensa que una persona quiere volverse argentino o uruguayo al tomar esta infusión; pero lo que no saben ,es que sus  abuelos sorbían de la bombilla ésta americana infusión ,antes de la llegada del tè a nuestro país.

       En este primer episodio me gustarla hablar de una mujer sorprendente para su época. Me refiero a Maria Graham (1785- 1842) , una viajera y escritora inglesa, que recorrió entre otros países India, Brasil y por supuesto nuestro querido Chile (donde vivió el terremoto de 1822). El destino la ligó a nuestro país desde temprano,en su estadía  en Brasil, junto a su esposo rescataron a un niño chileno  abandonado en dicho país y que era nada más que Vicente Perèz Rosales. Posteriormente tuvieron que viajar a Valparaìso por el trabajo de su esposo: el Capitán Graham, miembro de la marina inglesa, quien lamentablemente falleció durante el viaje a la altura del Cabo de Hornos.

      Marìa Graham sepultó a su esposo en Valparaìso y decidió quedarse casi dos años en el país, escribiendo un diario que posteriormente publicaría como:  Diario de mí residencia en Chile., donde describe los últimos días del gobierno de O`Higgins ,  la enemistad de San Martín con Lord Cochrane , el terremoto de 1822 y los consejos y esperanzas que aguarda para el Chile del futuro.Creo que es un libro que alguna vez como chilenos tenemos que leer. Marìa Graham describe en algunos pasajes de su diario, la costumbre de tomar mate. La cual era chocante para los europeos que llegaban a Chile, por el hecho de compartir una bombilla entre varias personas y porque generalmente se ofrecía el primer mate a la persona más anciana del lugar,. A continuación transcribo algunos pasajes del diario donde describe al mate y los chilenos:

:"Al lado observo un jarrón con flores muy hermosas, dos utensilios de plata, de formas muy bonitas, que tomo al principio por accesorios religiosos, después por tinteros  y que, finalmente, descubro que uno es el cenicero en que las jóvenes queman pastillas olorosas para perfumar sus pañuelos y sus mantos, y el otro es la taza que sirve para contener la infusión de hierba del Paraguay, que llaman mate comúnmente, y que todo el mundo bebe, o más bien dicho, chupa aquí.

La hierba tiene el aspecto de hojas secas de sen; se pone una corta cantidad en la tacita, con un poco de azúcar, y a veces con una cascarita de limón, se le echa el agua hirviendo, y al instante se chupa por medio de un tubo de unas seis pulgadas de largo. Este es el gran lujo de los chilenos, tanto hombres como mujeres.
Lo primero, en la mañana, es un mate; lo primero, después de la siesta de la tarde, es también un mate. Todavía no le he probado, y me halaga muy poco la idea de usar el mismo tubo de que se ha servido una docena de personas." páginas 160 y 161.

"Los chilenos, con su afición a los entretenimientos  campestres, me recuerdan lo que cuentan los viajeros delos habitantes del feliz valle de Cashmeer, quienes pasan los días y las noches de luna en su hermoso lago ó en las floridas islas que lo adornan. Para una familia chilena no hay placer mayor que un paseo a pie o a caballo al campo, un mate tomado en un jardín o en las faldas de un cerro, bajo un frondoso árbol, y todas las clases sociales parecen ser igualmente aficionadas a estos rústicos goces", página . 284.

Su encuentro con las monjas de San Agustín:
" Las ancianas señoras nos obsequiaron con mate, el mejor que he tomado en Chile, preparado con leche y canela del país, servido en bandejas de flores, de modo que e! gusto y el olfato se deleitaban á la vez. Este convento es uno de los más hermosos de Santiago". página . 296.

        Cabe decir que Marìa Graham nunca más volvió a Chile, pero siempre se acordaba de ésta tierra que le dio tantas alegrías y tristezas y  a nosotros los chilenos ,nos legó una magnifica crónica del Chile de la época.


¡Saludos!



                             























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